La creatividad y la curiosidad, unidos a una búsqueda constante de nuevos desafíos, fueron características de mi personalidad desde niña. Crecí entre invenciones propias y familiares de personajes imaginarios, personalización de animales y la versatilidad artística de mi mamá. Concurrí a clases de dibujo y pintura en las que las distintas técnicas me entusiasmaban. En las pintadas callejeras de los 15, descubrí mi facilidad de transferir a escala todo lo que se me ocurriera. Trabajar con tiza haciendo murales comenzó despacito a atraparme, fascinarme. Como un juego pinté las paredes de quienes me dieron la primera oportunidad, Colón Café Bar y ya no paré más. Materiales, motivos, técnicas, comenzaron a llamarme, a sacar de mí como algo que tengo dentro y fluye. Siento que el arte me elige y me invade.
